Nos gustaría compartir con vosotros una carta que nos ha enviado una socia de La Voz en la que expresa no sólo sus sentimientos, sino también la repulsa a tantas noticias que surgen en los medios con paralizaciones e investigaciones que obviamente nos hacen ser conscientes de que la adopcion internacional, el tráfico de niños y las irregularidades están muy presentes aún hoy día.
Mi nombre es Laura, soy adoptada, de Adopcion Internacional. Hace unos meses se confirmaron mis sospechas, he tenido la oportunidad de escuchar de primera mano cómo mis más grandes grandes temores se convertían en una cruda realidad que forma parte de la verdad de mi historia. He podido escuchar de boca de mi madre biológica, mujer procedente de un país, que en la época de mi nacimiento se podría decir que era un país subdesarollado y con muchos conflictos internos. He escuchado como ella me contaba con lágrimas en los ojos y un dolor indescriptible, su experiencia de cómo llego a darme en adopción. Por llamarlo de una forma. Extorsión, chantaje, compra y sobre todo una gran soledad y desamparo en todo el proceso. Yo la escuchaba atenta, la calmaba e intentaba demostrarle entereza y por supuesto que no notara que dentro de mí, mi alma, mi más interno yo, mi vida se estaba desquebrajando. Por un instante nada tenía sentido. Sentí como un león fiero dentro de mi empezaba a rugir y buscaba desesperadamente una presa para hincar los dientes y calmar toda esa rabia que me estaba invadiendo por momentos.
Por supuesto, tuve que esconder mis emociones, no la quería hacer sentir más culpable de lo que ella ya se sentía. Pero los siguientes dos días y noches, me llegaban esas imágenes a la cabeza, la del chantaje, la del intento de compra, extorsión, la angustia y la injusticia.
Las personas que participaron en ese proceso de “Adopcion ilegal“ (el mío), las autoridades, el juez, servicios sociales, la doctora…me imaginaba a todos en fila delante de mí. Por un momento, poder mirarles a los ojos y explicarles como me sentía en ese momento. Sobretodo les pediría explicaciones o simplemente les miraría con ojos de asombro, ¿ se darían cuenta del dolor que causaron? Y por supuesto la parte más dolorosa de todas: MIS PADRES ADOPTIVOS, sin duda alguna, fueron víctimas de una estafa, no les culpo, ellos se vieron inmersos en una espiral de mentiras, engaños y chantajes…y eso siempre lo comprendí. Pero hubo un momento en mi historia en que ellos hubiesen podido actuar de otra forma. Levantar la mano y denunciar algo que no olía bien, había indicios etc. Por supuesto no les juzgo tampoco por no haberlo hecho, porque no sé qué habría hecho yo y lo he perdonado hace tiempo.
Lo que a día de hoy me sigue doliendo, es que nunca me hayan contado la verdad al 100% , ellos decidieron verse como las víctimas de un engaño, no contar la verdad, pero soy consciente que el haber mirado a otro lado, ha hecho que ellos vivieran con sentimiento de culpa que a día de hoy siguen buscando justificarse y obviamente ha causado una brecha enorme entre nosotros.
¿Por qué os cuento todo esto? Porque estoy harta, decepcionada, dolida y rabiosa. Porque intento entender que mi caso fue uno de tantos de los años 80. Pero estamos en 2017 señores, y leo en los periódicos noticias como la que se mencionan arriba y no puedo evitar que ese León enjaulado ruja y de zarpazos. ¿De verdad que seguimos negando una realidad?
Parece que a día de hoy los procesos intentan ser mas transparentes y legales, pero sólo lo parece. Seguimos viendo noticias como las que adjuntamos en este post, seguimos viendo familias que se llevan las manos a la cabeza cuando se paraliza su proceso o se cierra su ECAI, todo se para y ven truncado su deseo de paternidad por la vía de la Adopción llenos de dolor y desesperanza. Pero cuando hay indicios evidentes, cuando ya huele, es porque hay muchas capas de putrefacción por qué desgraciadamente la Adopción sigue siendo un negocio para muchos.
Pero y ¿nuestra voz? ¿y nuestros sentimientos cuando somos protagonistas y víctimas de procesos fraudulentos? Yo sólo puedo deciros, que por mi parte no perdono que miremos a otro lado. Y por supuesto me duele en el alma saber que hay personas cegadas por su deseo de ser padres a toda costa y no entiendan que asociaciones nacionales de familias adoptivas, o incluso nosotros como asociación de personas adoptadas denunciemos y apoyemos las investigaciones o las paralizaciones.
Solo una pregunta: ¿Qué haran cuándo sus hij@s sean adultos, les miren a los ojos y pregunten: si tuviste sospechas por qué no hicisteis nada?
- El cierre de una ONG frustra la adopción internacional de un centenar de familias
- Holanda estudiará suprimir las adopciones internacionales
- Las adopciones internacionales de Galicia en Etiopía y Burundi, en el aire
- Arrestado responsable de un centro en la India acusado de vender 17 menores a familias de EEUU, Europa, Asia (en italiano, traducción automática al español)
Laura .
Qué bien que comprendiste el dolor de tu madre biológica.
Ese daño se acabó cuando la encontraste.
Su felicidad empieza al fin
Encuentro que VD., es ingrata con unos padres adoptivos, que su objectivo era solamente ser padres, con todo lo que significa esta palabra, con su dia a dia y su generosidad. No le veo su fiscalización ahora, ni que los nombre preguntandose, que no hicieron, sabiendo que sino hubieran actuado como lo hicieron, posiblemente no hubieran logrado tener una hija. Otro tema es el de su madre biològica, muy a tener en cuenta, que hubiera sido de vds., si hubieran permanecido juntas.
Ninguna persona adoptada debe considerarse ingrata contra sus padres adoptivos por el hecho de serlo. Las familias adoptivas en su inmensa mayoría se forman por el deseo egoísta de sus padres de serlo, por lo tanto han de ser los padres quienes estén agradecidos a sus hijos y no al revés. Las personas adoptadas siempre sentimos la caridad en el cogote: «¡Qué suerte que tuviste porque te adoptaron!». No, no hemos tenido suerte por ser adoptados, ha sido una putada el que hayamos antes sido abandonados. Por favor, dejen este discurso porque se de lo más dañino que se le puede decir a una persona adoptada ya que además de ser una patraña, coarta nuestras libertades y deseos en base a una artificial lealtad inculcada que es absolutamente innecesaria y contraproducente.
En segundo lugar comento que esta persona nombra a sus padres los toma como víctimas: «MIS PADRES ADOPTIVOS, sin duda alguna, fueron víctimas de una estafa, no les culpo, ellos se vieron inmersos en una espiral de mentiras, engaños y chantajes…y eso siempre lo comprendí. Pero hubo un momento en mi historia en que ellos hubiesen podido actuar de otra forma. Levantar la mano y denunciar algo que no olía bien, había indicios etc. Por supuesto no les juzgo tampoco por no haberlo hecho, porque no sé qué habría hecho yo y lo he perdonado hace tiempo.». Esto hace su comentario totalmente inncesesario e incluso inapropiado.
Elaboro un poco más. Hace años cuando la adopción estaba en una época oscura era normal este tipo de situación. Es normal que su familia hubiese seguido el proceso, había falta de información. Hoy en día, bien entrado el siglo XXI, es imperdonable que la gente lo siga haciendo y en ese momento dejan de ser víctimas y pasan a convertirse en parte de una trama legalizada de tráfico de menores. Ojo, no hablo de todos los casos, hablo sólo de los que caen en los casos que no contempla en Convenio de La Haya.
Sobre su madre biológica y qué habría pasado podemos conjeturar lo que usted quiera y siempre estaremos hablando de algo hipotético que no tiene sentido discutir, especialmente en los términos que usted lo plantea.
xabier, muchas gracias por tu comentario. Sobre todo me ha gustado esto: «…Las personas adoptadas siempre sentimos la caridad en el cogote: “¡Qué suerte que tuviste porque te adoptaron!”. No, no hemos tenido suerte por ser adoptados, ha sido una putada el que hayamos antes sido abandonados…
Yo no soy adoptada. Al menos no «oficialmente». Aunque si he tenido una familia adoptiva que me ha dado la educación que tengo y con la que compartí mi infancia, pero sin abandonar nunca a mi familia biológica con los que la ley me obligaba a convivir por temporadas. Una infancia dura y caótica. Cuento esto sólo para poner en contexto el porqué de mi aplauso a tu comentario. Me ha llegado al corazón.
Hola. Soy madre ,por lo que estoy intensamente agradecida a la vida. Mis hijos, adoptados si, son lo más grande y no hay un solo minuto en el que no piense si ellos se sentirán como yo. Alegres, contentos , felices. Pero no agradecidos. Eso nunca. No tienen nada que agradecer a sus padres, nosotros, por el hecho de serlo. Gracias a ellos más bien tenemos TODO. Los motivos por los que sus padres hicieron lo que hicieron los conocen, y siempre he creido que debió ser muy muy doloroso. Muchas gracias por saber que sentimientos pueden tener nuestros hijos ahora o más adelante.
Usted no tiene ni idea de lo que supone ser adoptada/o.
Hola Laura.
Fui adoptado en España en 1975 Yo tambien conoci a mi madre biologica. Mi caso fue tan simple como que mi madre me vendio. Y mi expadre adoptivo era pediatra en un hospital de Barcelona y estaba totalmente metido en una red de trafico de bebes.
Asi de duro. Todavia no lo he superado,estuve 7 años buscandola y hace 5 que supe la verdad.
No he perdonado,todavia no lo he superado.
Si te sirve de consuelo, mi madre biologica, se escondia de mi,no se digno a pedir disculpas y encima me acuso de » ser como mi padre»…Imaginate, toda una vida sońando e idealizando a verdadera madre y cuando la encuentro me miente y me acusa.
Me queria morir. Todavia no me cabe en la cabeza tanta maldad.